El invierno se presentó duro y antes de tiempo, el pasto comenzó a faltar, así que tuvimos que comprar alimento balanceado para compensar el gasto de energía de los animales.
Los comederos del campo eran pocos; tuvimos que improvisar con tanques de plástico cortados al medio.
Quedaron ocho (8) bateas, las que unimos en grupo de cuatro (4).